Ykua Bolaños: donde brota el silencio sagrado

Un manantial escondido entre el monte y la memoria, donde el agua fluye como oración antigua y la figura de fray Luis Bolaños se alza como puente entre culturas. Aquí, la naturaleza y la fe conviven en armonía, invitando al visitante a un encuentro profundo con lo sagrado.

El Ykua Bolaños, el eco de los orígenes fluye en su cauce.

 

CAAZAPA. Bajo la sombra rumorosa del monte, muy cerca del Polideportivo Municipal Ignacio Falcón Real, en la capital departamental de Caazapá, donde los árboles murmuran secretos antiguos y el musgo abraza las piedras, descansa el Ykua Bolaños. No es solo un manantial: es un altar de agua viva, una herida luminosa en la tierra roja donde la memoria aún late con la fuerza de los orígenes.

El agua, mansa, a veces callada, fluye como si rezara. En su cauce cristalino se refleja la figura de un fraile que no solo caminó la selva, sino que aprendió a escuchar su idioma. Fray Luis Bolaños, tallado en relieve, contempla el horizonte junto a los guaraníes, no como conquistador, sino como sembrador de palabras y puentes.

Las piedras dispersas en el lecho forman un sendero para quienes llegan descalzos de orgullo, sedientos de raíces. Porque en este rincón escondido entre lianas y hojarasca, el agua no solo sacia: bautiza. Es el punto de encuentro entre lo sagrado y lo salvaje, entre el rito y la raíz.

Aquí no hay campanas ni vitrales, pero cada gota es una oración que no necesita traducción. El Ykua Bolaños no pide nada, solo que se le respete el misterio.

También podría gustarte...