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Crónica desde Nepolandia: el reino del shinoceronte.
Un personaje conocido como “el shinoceronte” o "shaolin de las basuras", cegado por la ambición, es en realidad el dueño de la empresa de recolección de basura de Nepolandia, aunque en los papeles figura a nombre del chofer del camión. La concesión le fue entregada por el mandamás de Nepolandia en una maniobra tan irregular como previsible.
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Como si fuera poco, el "Shinoceronte" logró enchufar a su “medio apepú” (porque cuando la codicia empuja, no hay puerta que se resista) en una entidad estatal, nuevamente con el guiño del mandamás de Nepolandia.
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Fiscales y jueces, por su parte, “oñemolente hu”: se hicieron humo, no vieron nada, no saben nada.
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La saga familiar no se detuvo ahí. La retoña del shinoceronte, dos semanas atrás, quiso montar una fiesta “pro bolsillo” junto con sus primos, hijos del principito, usando el nombre de una promoción estudiantil sin autorización.
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Pero la jugada generó un lío monumental: los verdaderos estudiantes protestaron, y el escándalo sacudió en Nepolandia. Las hermanas de Faber Castel lloraron por todos los pasillos.
