Buena Vista: de Mburika Potrero a una ciudad culta y progresista

En sus albores, el actual distrito de Buena Vista era conocido como Mburika Potrero, una antigua compañía que formaba parte del distrito de San Juan Nepomuceno. Aquel paraje, todavía rústico y poco poblado, comenzó a tomar forma gracias al esfuerzo de las primeras familias que se establecieron en la zona a comienzos del siglo XX.

La Iglesia de Buena Vista: un ícono de fe y tradición que ha sido testigo del crecimiento y la historia de la comunidad.

 

Según recogen los relatos y documentos disponibles, fue un 30 de abril de 1916 cuando el presbítero Juan Guillermo Díaz, durante una visita pastoral, tomó una decisión significativa: cambiar el nombre del lugar por el de "Buena Vista", inspirado quizás en la belleza natural que ofrecía el entorno. Ese mismo día, el sacerdote procedió a la bendición del oratorio público, dedicado a San Vicente Ferrer, quien desde entonces sería venerado como el santo patrono de la comunidad.

El crecimiento demográfico y la consolidación del núcleo poblacional condujeron a que, décadas más tarde, el 23 de junio de 1955, Buena Vista fuera oficialmente elevada a la categoría de distrito, mediante el Decreto Ley N.º 260.

Donde el alma del Mburika Potrero florece como el tajy en prima

 

La historia de sus primeros habitantes se remonta a un antiguo documento de partición de tierras, donde figura la propiedad denominada Mburika Potrero, perteneciente a las familias Duarte y Cuevas. Estos apellidos están íntimamente ligados a los orígenes del poblado, y sus descendientes son considerados, en gran parte, como los pioneros de la comunidad.

Sin embargo, debido a la escasez de fuentes escritas confiables, es difícil establecer con certeza quiénes fueron los primeros pobladores. La tradición oral, valiosa fuente de memoria colectiva, indica que muchas de las primeras familias llegaron desde los departamentos de Caazapá, Guairá y Paraguarí, en busca de nuevas tierras y oportunidades para forjar un futuro.

En el predio de la parroquia de Buena Vista se alza un árbol cincuentenario, testigo silencioso del paso del tiempo y de la vida de la comunidad. Este histórico ejemplar no solo embellece el entorno, sino que se ha convertido en uno de los lugares más visitados por propios y extraños, que encuentran en su sombra un espacio de paz, reflexión y conexión con las raíces del pueblo.

 

Así nació Buena Vista: entre la fe, el esfuerzo silencioso de sus fundadores y la visión de quienes supieron ver en estas tierras fértiles un lugar para crecer, soñar y construir comunidad. Hoy, Buena Vista es reconocida como una ciudad progresista y culta, donde el pasado convive con un presente lleno de esperanza y desarrollo.

"Una vista que captura la esencia de Buena Vista: la Plaza Ña Hermelinda y la majestuosa parroquia, símbolos de su tradición y belleza."

 

Una excusa para conocer Mburika Potrero

Y para que esta historia jamás se olvide, este sábado 3 de mayo se celebra la décima edición del Festival Mburika Potrero: un emotivo evento que rinde homenaje a los primeros pobladores del distrito.

Más que una fiesta, este encuentro es un testimonio vivo de identidad, memoria y orgullo comunitario. Actividades culturales, muestras artesanales, gastronomía tradicional y expresiones artísticas locales invitan a vecinos, visitantes y familias a celebrar juntos el pasado y el presente de Buena Vista.

¡Vení a conocer Mburika Potrero y viví una experiencia cargada de historia y emoción!

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